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Hace unos meses el presidente Macron lanzaba un mensaje publico llamando la atención sobre el exceso de carga regulatoria que debían asumir las empresas, pidiendo en consecuencia una “pausa reglamentaria” a nivel europeo.

No es el único que insiste en esta idea – yo personalmente me sumo a la corriente-, que poco a poco va cogiendo fuerza y cuyos indicios voy a intentar desgranar en este post.

Un buen ejemplo de esta tendencia es la propia Ursula von der Layen, que, en el reciente discurso del Estado de la Unión, y en concreto para el sector agroalimentario, ha avanzado algunas ideas que pueden interpretarse en la misma línea – https://state-of-the-union.ec.europa.eu/index_es

Primero, cuando apunta que “hay que proteger el ecosistema, pero sin minar la base agraria”, un mensaje que busca bajar la tensión después de la demostración de fuerza del Grupo Popular durante el debate sobre la ley de restauración de la naturaleza antes del verano, que a punto estuvo de hacerla descarrilar.

Segundo, al coger el mensaje no solo por ese choque en el Parlamento europeo, sino por los recientes acontecimientos en Holanda -con un partido agrario en crecimiento- o en Irlanda – con una rebelión de granjeros-, y en general por el creciente hastío que se detecta en muchos sectores que se ven presionados en demasía por las autoridades y la opinión pública.

Quizás por todo ello haya propuesto levantar el pie del acelerador y abrir un “proceso de dialogo estratégico” con el sector agroalimentario a menos de un año del fin de su mandato, con un claro mensaje por detrás: calmemos los ánimos, no tomemos más iniciativas y vamos a entretenernos / entretenerlos hablando hasta las elecciones…

Esta idea de reducir la presión encaja perfectamente con la reciente retirada de la revisión del reglamento FIC y el etiquetado nutricional, y más recientemente, del Reglamento sobre sistemas alimentarios sostenibles, la gran apuesta de la Comisión que se esperaba apareciera por estas fechas. Veremos.

Pero hay más indicios del enfriamiento. El Consejo Agricultura de septiembre ha puesto sobre la mesa un documento firmado por doce delegaciones que pide más simplificación normativa y considerar los intereses de las empresas en los ámbitos alimentario, agrícola y pesquero, algo francamente inusual en este tipo de Consejos. Bien es verdad que los países grandes no lo han promovido – España incluida-, pero tiene su carga significativa –  pdf (europa.eu)

Por último, mencionar fuera del ámbito estrictamente sectorial pero del mayor interés, el anuncio de la presidenta de mandatar a Mario Draghi para llevar a cabo un informe sobre el futuro de la competitividad de la economia europea.

Por el lado de la sociedad civil se ha publicado recientemente una Iniciativa Ciudadana para proteger el patrimonio rural que es toda una declaración de intenciones en favor del sector –   https://citizens-initiative-forum.europa.eu/blog/boost-rural-growth-protect-and-promote-cultural-traditions-and-food-security_es – . Los interesados parece que despiertan, lo cual es un buen síntoma.

¿Si hilamos todo esto, quiere decir que la Farm to Fork se muere? …no creo. De hecho, en ningún momento fue mencionada en el discurso del Estado de la Unión, aunque si el Green Deal, y no debemos olvidar que la primera es una derivada de la segunda. Tampoco puede decirse que sea una estrategia equivocada, más bien el problema viene por las formas, el ritmo y la intensidad con que se ha impulsado.

Quiero decir que a mi juicio las instancias políticas se han dado cuenta que se ha estado forzando la mano demasiado al sector agroalimentario en su conjunto a lo largo de los últimos años, y que la prudencia llamaba al juicio.

También es verdad que la cercanía a la Elecciones nunca llama a grandes cambios sino más bien al descenso de la actividad, pero aun así el cambio de rumbo parece notarse.

Ahora falta por ver cuáles son los colores políticos que predominarán a partir de julio próximo en el Parlamento Europeo y en la Comisión; entonces podremos saber con certeza si la urgencia de la acción política en materia de sostenibilidad sigue siendo igual de prioritaria o no que en el pasado.

Pero para despejar esta duda todavía nos quedan unos pocos de meses.