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Todavía no estamos a medio camino de la PAC en vigor y ya se empiezan a mover las fichas del cambio, por lo que parece interesante compartir algunas reflexiones que nos ayuden a situarnos en el momento presente, y atisbar lo que pueda venir.

Dejando aparte las crisis de algunos sectores que tienen su origen en diferentes motivos -desregulación, climatología, embargos.…- , empiezan a alzarse las voces de aquellos que quieren el cambio del modelo actual. Pero lo verdaderamente significativo es que estas vienen no sólo del entorno agrario, sino que cada vez y con más fuerza se producen desde otros ámbitos. Y esto es lo primero que nos debe hacer pensar: los agentes económicos ya no tienen la interlocución en exclusiva con las autoridades.

Desde hace meses, un nutrido grupo de ONG’s y activistas viene proponiendo que  la PAC se someta a una revisión, pero no a medio camino («mid term review»), como en principio estaba previsto, sino en el marco del programa REFIT de la Comisión Europea. Este programa tiene como objeto la revisión de la legislación comunitaria en vigor para su simplificación, y su marco es más amplio, ya que se extiende a todas las políticas comunitarias y no solo a la agricultura – y en él tienen más voz estas organizaciones, todo sea dicho-.

En la última reunión del comité asesor REFIT, más de 100 ONG’s pidieron a la Comisión una revisión profunda de la PAC , ya que a su juicio ésta no cumple con las necesidades del ciudadano, básicamente en materia medioambiental y de salud, y se hace necesaria «una evaluación transparente (el palabro de moda) de la efectividad de esta política que supone el 40% del presupuesto comunitario».

Esta tendencia, cada vez más al alza, cuenta con su eco en el Parlamento Europeo, donde una veintena de Miembros remitieron en julio una carta al Presidente Juncker insistiendo en las ideas expuestas.  El Comisario de Agricultura no parece estar por la labor de cambiar el marco del debate, y si bien puede que esta posición se mantenga, no es menos clara la tenacidad de estas organizaciones en la defensa de sus ideas, en la que no cejarán.

Algunas voces incluso insisten en que ni siquiera habrá revisión a medio camino propiamente dicha, y que todo quedaría en una simplificación más o menos profunda. Sea como fuere, nadie puede negar que el medioambiente y la relación entre alimentación y salud se han incorporado al debate del futuro de la PAC y van a ser objeto de viva polémica. Habrá que estar preparados, sobre todo teniendo en cuenta que el enfoque mayoritario es crítico y se encuentra viciado desde el inicio en contra del conjunto del sector.

Otro tema que empieza a ser objeto de debate es el presupuesto comunitario, éste sí sometido a la revisión a medio camino del marco actual 2014-2020. Y aquí las perspectivas no son nada cómodas. No parece que ningún Estado miembro esté por la labor de incrementar los recursos UE ahora que empezamos a ver el túnel de salida de la crisis, con unas economías endeudadas al límite y poco margen de maniobra tributario.

Más difícil aún se aventura el debate si consideramos la salida del Reino Unido que actualmente contribuye con un 10% del prepuesto total, una cuota lo suficientemente importante como para crear tensiones entre Estados y políticas UE en las que la agricultura tendrá que fajarse.

En fin, algunos países avanzan posiciones como Holanda, que aboga abiertamente por una nueva PAC en la que la industria alimentaria esté más integrada, junto con las cuestiones medioambientales y la salud. En esa misma línea se ha manifestado la Universidad de Wageningen en un reciente documento, donde aboga abiertamente por una revisión profunda para avanzar en la sostenibilidad de la PAC e incluir aspectos como la alimentación y la salud, la seguridad alimentaria, las dietas saludables,..

Hay que mover ficha. Hay que pensar estrategias comunes de la cadena, avanzar ideas, informes y estudios y difundirlos, empezar a crear criterio desde España porque nos jugamos mucho. Todos.