Quiero compartir un artículo de reciente publicación en la Revista de Bioética y Derecho  de la Universidad de Barcelona que creo viene al hilo de la actualidad.

En el artículo expongo como dentro de la cadena agroalimentaria, el poder se ha ido corriendo aguas abajo hasta realmente llegar hoy en día a su último eslabón, el consumidor – algo que a pesar de que siempre se ha dicho, no siempre ha sido cierto…-.

Tenemos un consumidor que no solo pide conveniencia, precio o calidad, sino que además – y cada vez más – nos pide protección medioambiental, ética, transparencia,….Y esta evolución, es la pregunta, ¿es mera evolución social o viene inducida por las tecnologías, los medios, la opinión pública o la opinión publicada?  ¿Hasta dónde puede llegar este empoderamiento del consumidor?[i]  Las preguntas quedan abiertas, que el lector las procese y saque sus propias conclusiones.

Pero digo que viene al hilo de la actualidad porque en el artículo también se habla de la “post-verdad”  en la que estamos inmersos, y hace muy pocos días hemos  visto como un programa de televisión manchaba la imagen de una empresa y un sector, directamente y sin tapujos. La anécdota se eleva a categoría, la opinión preconcebida por encima de la evidencia,  todo por la audiencia – la attention economics que dicen los ingleses-, … Brutal.

¿Alguien se ha parado a pensar el daño que este tipo de actuaciones hacen a la imagen del sector, a las empresas, los trabajadores y sus familias,…? ¿Estamos en el “todo vale”, en lo inmediato, en “esto pienso y ya está”, o por el contrario en plena libertad se contrastan las informaciones, se recurre a expertos y a la ciencia y se cumple con la Función Informativa con mayúsculas?

Al igual que antes, dejo la reflexión al lector, aunque sin duda esta última es más urgente.

[i] Es verdad, es un palabro horrible,..pero existe, y esta aceptado por la RAE.