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La agricultura inteligente. Otra razón en contra de los agoreros.

Nadie puede negar que nos encontramos ante el tremendo desafío de dar de comer a una población mundial creciente, con recursos limitados y reduciendo el impacto sobre el medioambiente.

Este objetivo, similar a la cuadratura del círculo, tiene en la tecnología un tremendo aliado que no siempre se valora en la medida real. Frente a los agoreros que ven todo negro, los fatalistas que no ven salida y los inmovilistas  que niegan los avances en el campo de las ciencias de la vida y la tecnología, si nos acercamos a la realidad el panorama es enormemente esperanzador.

Este es el sentimiento que tuve en la sesión dirigida por Ray Goldberg, Profesor de Harvard y padre del Agribusiness, el 22  de Octubre pasado durante el European  Food and Agribusiness Seminar (EFAS), al que tuve la suerte de asistir como participante por el Instituto Internacional San Telmo.

Goldberg dirigió el caso The Climate Company, una start up que nace en San Francisco con el objetivo de manejar big data en el ámbito de la meteorología y la agronomía aplicados a los seguros agrarios y a  la gestión de las explotaciones agrarias.

La empresa se fundó en 2006 por dos ex empleados de Google y se centraron al principio en ayudar a empresas a manejar y adaptarse al cambio climático proporcionando seguros a estaciones de esquí, grandes eventos y agricultores fundamentalmente.

A partir de 2010 deciden centrarse exclusivamente en la agricultura lanzando un producto, el Total Weather Insurance, un servicio que, tomando como base información meteorológica pública, la localización de las parcelas y sus características agronómicas, aseguraba las producciones frente a riesgos como sequía, tornados, tormentas,… El sistema de The Climate Company digiere mediciones meteorológicas de más de 2.5 millones de localizaciones y hace predicciones de modelos climáticos sobre una base diaria, procesando toda esta información con observaciones de suelo que generan simulaciones climáticas usadas por la compañía para elaborar un sistema de análisis de riesgos y, finalmente, su política de precios para los seguros agrarios que vende. 50 terabytes de información continua al servicio de un agricultor, de una parcela y una producción determinadas.

El sistema se demostró tan útil que en 2013 la empresa firmó un acuerdo con el gobierno norteamericano (USDA), autorizando a The Climate Company a administrar seguros agrarios  federales. Ese mismo año la compañía fue adquirida por Monsanto por 1,1 mil millones de dólares, y lanzó dos nuevos productos: el Climate Basic y el Climate Pro. Dos Apps que ofrecen al agricultor herramientas para gestionar sus explotaciones con información meteorológica precisa y apoyo agronómico para la toma de decisiones como son el momento de la siembra, estado del suelo, evolución del crecimiento de las plantas, tratamientos necesarios,… ¡esto es la agricultura de precisión!

Es increíble cómo este avance tecnológico puede abrir puertas a una nueva agricultura, rompiendo  esquemas en ámbitos como la formación del agricultor, el ahorro energético y de agua, la mejora medioambiental, la seguridad en los cultivos,… Toda una nueva manera de concebirla.

Realmente, no hay sitio para los agoreros.