… y lo entiendo. El comisario Hogan tiene suficiente entretenimiento con la liberalización del mercado lácteo, la enésima reforma de la PAC para su simplificación, la crisis del porcino y alguna que otra cuestión que le pueda saltar entremedias,.. que le saltará.
Pero las formas también son importantes. Hace meses defendía la necesidad de tomar medidas a escala comunitaria para buscar una cadena agroalimentaria más equilibrada pero, a juzgar por el informe aparecido a finales de Enero sobre las prácticas desleales, la situación parece haber cambiado .
Este informe de la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo de Ministros sobre las prácticas comerciales desleales en la cadena alimentaria es de puro trámite, poco sólido y para salir al paso de la encrucijada –entre los que quieren un marco comunitario propio y los que no-, solo apunta que, antes de finalizar su mandato, la Comisión volverá a evaluar «el posible valor añadido de una acción a nivel UE para hacer frente al problema de las prácticas comerciales desleales». Es decir, un claro ejercicio de equilibrio político que me lleva a pensar, una vez más, que la Comisión parece haberse olvidado de sus poderes de iniciativa legislativa, de su obligación de armonizar las condiciones en las que los operadores deben competir en el mercado, y de la promoción de la leal competencia.
Tambien es curioso que se refiera al balance de los dos años desde que se firmó la Supply Chain Initiative (código de conducta europeo), primero para alabar su funcionamiento (¡no se ha aplicado el procedimiento previsto en un solo caso!), y luego para llamar la atención sobre sus carencias, ya que no tiene efecto disuasorio ni multas, carece de confidencialidad, el órgano decisorio lo conforman las propias organizaciones y, lo que no es menor, los agricultores no se han adherido. Todo un ejercicio de funambulismo de lo políticamente correcto.
Ahora, la iniciativa está en el Parlamento Europeo, cuya Comisión ENVI está trabajando sobre una resolución al respecto que no parece comulgar con las tesis de la Comisión. Una vez más, el Parlamento Europeo toma las riendas en el asunto , y esperemos que sirva de impulso para abordar, seriamente, este asunto.
Claro que existen problemas en la cadena agroalimentaria, claro que deben abordarse desde un esquema común en la UE y no menos claro es que un mero código voluntario no es suficiente. Basta con repasar el informe del Groceries Adjudicator del 26 de Enero, en el que se denuncia a Tesco por plazos de pagos y contribuciones abusivas. Hay que buscar una solución común, aunque la Comisión no lo quiera ver.