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Hace una semanas estuve en Bruselas y tuve ocasión de entrevistarme con una media docena de funcionarios sobre varios temas de actualidad en el contexto de la Unión. De todas las conversaciones,  me lleve dos mensajes que se repitieron en todas y cada una de ellas: no parece que el mercado interior vaya a ser prioridad en los próximos años , la digitalización de la economía es clave para nuestro futuro.

De este último tema hablaremos en otro momento, así que compartiré algunas reflexiones sobre el mercado interior .

El mercado interior – un marco regulatorio común que favorece la libre circulación de mercancías,  la competencia  en pie de igualdad y la reactivación económica así como beneficios para el consumidor – se ha debilitado notablemente en los últimos años, al menos en nuestro sector .

Como suele ser habitual, en tiempos de crisis económica los Estados se repliegan sobre sus propios intereses inmediatos y dejan para otros tiempos de bonanza el interés  común europeo. Si a ello le sumamos una Comisión débil políticamente, y un Parlamento complejo cuanto menos, no es de extrañar que hayamos retrocedido.

Sí, retrocedido, y cada día más ; cuando no es el etiquetado nutricional – semáforos, Nutriscore , Nova,…- , es el etiquetado de origen – me dirán que  no es sino para destacar lo nacional frente a lo importado…proteccionismo, vamos -, y cuando no los impuestos sobre determinados alimentos o bebidas – que  ni reducen la obesidad ni tienen otro afán que recaudatorio – y así podemos seguir.

Por otro lado, a esta sucesión de medidas nacionales que entorpecen la libre circulación y hacen más caro operar en el mercado europeo , hemos de sumar la limitación de recursos con que cuenta la Comisión en la DG Grow , la encargada de controlar la aplicación del derecho comunitario en los Estados miembros , que solo se emplea en los casos más flagrantes y gruesos.

Supongo que contará con que los Estados  miembros tiene sus propios instrumentos para evitar las barreras al comercio, algo que puede que exista en otros países, pero no en el caso de España,..la Ley de unidad de mercado fue sorprendentemente cercenada por una interpretación del Tribunal Constitucional hacia casi dejarla vacía de contenido, por desgracia.

En fin, la realidad es que como los acontecimientos se suceden tan rápido y la presión de la opinión  pública es tan fuerte sobre los políticos y gobiernos, muchas veces los Estados (o las regiones ) se avanzan a Bruselas en la adopción de medidas, haciendo casi imposible una solución armonizada a posteriori.

Ha sido el caso de la directiva plásticos , que aunque se ha aprobado en tiempo récord, se ha visto  precedida por medidas en diferentes Estados e incluso regiones – España es un ejemplo de ello, junto con Escocia o Francia –

Nada de todo esto es bueno para la economía, las empresas ni el consumidor. Es un roce innecesario de la máquina, mayores costes, inseguridad jurídica…nunca se genera riqueza así.

Estamos a unos meses de las Elecciones al Parlamento Europeo, y no estaría de más que  recordáramos desde el  mundo empresarial a nuestros partidos y nuestros candidatos la importancia del mercado interior.

La Comisión también se renueva en Noviembre de este año , otra oportunidad que debe aprovecharse.

Me niego a pensar que reforzar el mercado interior no sea una prioridad para las instituciones. Aunque a lo mejor, como me apuntaban en una de las entrevistas , “ la Comisión se está dejando ir a conciencia, para que cuando estalle un tema importante, sean los propios Estados los que le pidan que actúe con contundencia frente al proteccionismo».

Es otra posibilidad , pero mientras tanto nos complicamos la vida y perdemos posibilidad de generar riqueza y competencia en el mercado.